La Navidad es un tiempo de alegría y celebraciones; este año menos multitudinarias. Aún así, es una época en la que la casa se nos descontrola. Todos tenemos más cosas que hacer: organización de menús de fiesta, compra de regalos, pensar en vestidos que ponerse, visitar a la familia; aunque sea con distancia y mascarilla.
Con todo este ajetreo, además, estamos más cansados y, si hemos cogido días de vacaciones, no queremos emplearlos en mantener el orden en el hogar. No os digo nada si en casa tenemos niños de vacaciones, atacados de los nervios por la felicidad y la emoción de la Navidad y los Reyes.
Así que sería loco recomendaros que aprovechéis las Navidades para poner orden en vuestro hogar. Son días para disfrutar, en familia o con amigos; lo que buenamente se pueda.
Lo que sí quería recomendaros es una serie de cosas que podemos hacer ahora para que el caos no domine nuestro hogar cuando lleguen esos días festivos y podamos llegar a enero con un poco de dignidad entre nuestras cuatro paredes J
1 Atrévete con los ‘puntos negros’ de desorden que hay en tu casa. Todos los tenemos. Hay zonas concretas que, por alguna razón, siempre se nos descontrolan. Allí las cosas se amontonan y, por más que las ordenemos, vuelven a estar igual.
Dale una pensada antes de ponerte manos a la obra. Si siempre vuelven al caos, es que algo no estamos haciendo bien. Probablemente no hemos hecho un descarte valiente para quedarnos solo con lo que utilizamos. O no lo estamos almacenando correctamente, para que resulte cómodo devolver las cosas a su lugar. O no hemos dado pautas al resto de habitantes de la casa para que lo mantengan. Pero algo hay que cambiar para que el resultado cambie. Si seguimos haciendo lo mismo que hasta ahora, está claro que no limpiaremos ese punto negro.
Típicos puntos negros: juguetes de los niños, zapatos, papelería y documentos, nevera o el cajón desastre que toda casa que se precie tiene.
Antes de las fiestas navideñas es un gran momento para ponerte con ellos. Así despejarás la casa y te aportará una dosis extra de calma que te vendrá muy bien durante el periodo navideño. Las Navidades son una fuente de ilusión y felicidad para muchos, y de desestabilización y melancolía para otros. Se trata de entrar en ellas lo más relajado posible y habiendo eliminado fuentes de estrés.
Reúne a la familia y que cada uno escoja una de sus zonas de caos, o una común, para hacer limpieza, descartar y buscarle una nueva fórmula de orden. Podéis plantearlo incluso como un concurso; el que mejor deje su zona o busque un mejor sistema de orden, gana un premio, puede ser que le cocinen su cena preferida o cualquier otra cosa que se os ocurra. Si vives solo lo tienes incluso más fácil, busca 3 zonas de caos con las que te vayas a atrever de aquí a Navidades y ocúpate de una cada semana. El premio te lo das tu mismo, que para eso te conoces bien 😉
2 Haz sitio a los regalos que vienen
No quiere decir que vayas a recibir una lluvia de regalos, pero si sabes que en Navidad te suele llegar algo de ropa, colonias, libros o juguetes para los niños, no está de más que revises si tienes sitio donde ponerlo. Igual es buen momento para sacar del armario prendas que ves que no te estás poniendo, y donarlas. Lo mismo con los juguetes; hay niños que desgraciadamente no van a recibir ni un solo regalo y un juguete usado les puede alegrar la cara. Hay numerosas campañas tanto de juguetes usados como nuevos. Y muchos lugares a los que donar tus juguetes, como Juegaterapia o Fundación Valora.
Y si, además de hacer sitio, puedes hacer una reflexión acerca de lo que de verdad necesitas, o si de verdad necesitas algo, puedes contribuir a una Navidad menos consumista y a no llenarte de cosas que quizá no vayas a utilizar. O tratar de ayudar a otros con los regalos que tú compres. Hay cada vez más posibilidades de optar por regalos solidarios: UNICEF, Fundación Aladina, o los productos de comercio justo de Equimercado.
3 Que no te pillen en la cocina
La cocina es una de las estancias protagonistas de la casa en las fiestas navideñas. ¿Quién no recuerda el aroma del asado o de la tarta de la abuela que se extendía por toda la casa mientras esperábamos que llegase la familia?
No se trata de ponernos a limpiar a fondo la cocina un mes antes, sino de adelantarnos a las necesidades que sabemos que vamos a tener. Si en casa sois aficionados a hacer una carne al horno por Navidad, repasa los utensilios de cocina que sueles utilizar para la preparación de la misma, que probablemente utilizarás en contadas ocasiones, como puede ser un termómetro de carne si lo que preparas es un roast beef o una jeringa especial para inyectar al pavo la marinada.
Otra de las cosas en la que agradecerás mucho la previsión es en el congelador. Es una práctica muy recomendable ir consumiendo las semanas antes de Navidad todo lo que tenemos congelado, en primer lugar porque hay cosas que conviene comprar por adelantado y congelar, para ahorrarnos la subida estratosférica de precios que algunos productos, como el cochinillo o el marisco, experimentan en las Navidades. Y, además, porque en los días señalados, familia y amigos se presentan con bolsas inesperadas de helado, hielos para las copas o botellas que hay que poner a enfriar. Si has sido previsor y has ido vaciando el congelador, te evitarás el estrés de última hora que suele terminar con algún cajón del congelador rajado por la presión que le has metido o los cubitos de hielo desechos en un cubo en el fregadero.
Fotos de Any Lane, Oleg Zaicev y Cottonbro en Pexels
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