Organizar la ropa de casa es una tarea ardua, que sobrepasa a muchas personas, por varias razones:
- Son tejidos peculiares, de difícil doblado en algunos casos y que se arrugan con facilidad. Son muy diferentes unos de otros, con texturas tan dispares como las de una toalla gruesa o un tapete de encaje, cada uno con necesidades de almacenaje y mantenimiento diferentes.
- Espacio limitado: habitualmente no disponemos en las casas de tanto espacio de almacenaje como requieren estas distintas categorías de elementos, que, además, necesitan espacio y poca presión para conservarse bien.
- Acumulación. En una vivienda media, y más si somos unos cuantos de familia, se acumula gran cantidad de toallas, sábanas y manteles y eso resulta un tanto abrumador para mantenerlo bien, en orden y con los cuidados necesarios.
La recomendación general es: no acumular ropa de casa ‘por si acaso’. Lo ideal es tener dos juegos de cambio para cada habitación o persona, utilizarlos constantemente y, cuando se estropeen, reciclar y reponer por otros nuevos. No guardar sábanas y toallas viejas, rotas o muy desgastadas. cortarlas y utilizarlas como trapos o llevarlas al reciclaje.
Tampoco guardar sábanas desparejadas ni de tamaños de cama que ya no usamos. Donar o reciclar. Genera mucho estrés tener que desdoblar sábanas cada vez que necesitemos para ver si es el tamaño que buscamos. O andar revolviendo todo el armario buscando la bajera de un juego de sábanas. Minimalismo y orden son fundamentales en esta categoría de ropa.
Dónde guardar la ropa de casa
Dependerá de la distribución de tu casa, del espacio disponible y de cuántos seáis de familia. Te dejo unas pautas con diferentes opciones:
- Armario general de ropa de casa. Para mí es la mejor opción, tenerlo todo centralizado en un armario. Lo mejor es que esté en un pasillo o en una zona de distribución centralizada para utilizarlo como punto base para distribuir la ropa a las distintas habitaciones.
2. Cada categoría en la habitación donde se vaya a utilizar: en cada dormitorio, las sábanas y toallas de recambio, en el comedor los manteles, en el baño las toallas.
Doblado de sábanas, toallas, manteles y colchas
El medio más eficiente para doblar las sábanas es el doblado plano, así ocupan menos, no se arrugan y puedes apilar varias. Para hacerlo, extiende la sábana en una superficie plana. Pliega las esquinas superiores para formar un cuadrado. Luego, dobla el cuadrado en tercios o cuartos, dependiendo del tamaño de tu sábana y del ancho del lugar donde las vas a guardar.
Las sábanas bajeras, las que tienen goma elástica en las esquinas para que queden ajustadas al colchón, son la bestia negra de cualquier ama o amo de casa. Aunque yo creo que es algo más psicológico que real 🙂 Nos agobiamos solo de verlas, pero en realidad la mecánica para doblarlas es sencilla: con la sábana del revés coge la sábana con tus brazos en cruz y cada mano metida en una de las esquinas elásticas. Mete una esquina dentro de la otra y haz lo mismo con las otras dos esquinas. Ahora dóblala como cualquier sábana.
TRUCO EXTRA: puedes guardar cada juego de sábanas dentro de su funda de almohada para que esté todo empaquetado en un mismo sitio, o meter dentro de la sábana principal, la bajera y la funda de almohada. Hay quien prefiere organizar por categorías: encimeras, bajeras y fundas y, a la hora de hacer la cama, coges cada pieza de su montón.
OTRO TRUCO EXTRA: Si tienes un juego de sábanas de alta calidad, delicado o con un valor especial para ti, guárdalo en una bolsa de tela transpirable para que no se deteriore y con una bolsita de lavanda seca o unas bolas de madera de cecro para un olor agradable.
El doblado de edredones y colchas puede variar según su tamaño y grosor, pero aquí tienes un método general: extiende el edredón o la colcha en una superficie plana, como una cama o una mesa grande. Dóblalo por la mitad, de manera que los extremos más largos se toquen. Luego, dobla nuevamente por la mitad o en tercios, dependiendo del tamaño y el grosor del edredón o la colcha y del lugar donde lo vas a almacenar, para crear un paquete rectangular.
Para las toallas puedes utilizar el doblado en acordeón. Estiende la toalla en una superficie plana, dóblala por la mitad uniendo las esquinas opuestas. Luego, dobla la toalla por la mitad nuevamente, de manera que quede un rectángulo largo y termina doblando el rectángulo en tres partes.
Este tipo de doblado ahorra espacio en tus estantes y armarios, facilita la identificación y selección de toallas y evita arrugas y pliegues innecesarios.
Las toallas más pequeñas, por ejemplo las que se ponen en el baño de invitados cuando tenemos una celebración en casa, resultan muy bien enrrolladas individualmente y colocados los rollitos en una cesta.
Los manteles suelen tener formas y tamaños variados. Aconsejo doblarlos todos del mismo tamaño para comodidad al sacarlos y orden visual. Para doblarlos, extiende el mantel en una superficie plana, dobla un tercio de un extremo hacia el centro. Luego, dobla el otro tercio desde el otro extremo hacia el centro y dóblalo nuevamente por la mitad a lo largo.
En cuanto a las servilletas de tela, se pueden guardar junto al mantel a juego o por categorías: todos los manteles por un lado y las servilletas por otro. Pero es recomendable que ambas categorías estén en el mismo sitio almacenadas. También es aconsejable lavarlas siempre juntas para que mantengan un mismo color y desgaste.
Y si quieres un buen punto de partida para tener organizada tu ropa de casa y luego poder llevar tú un mantenimiento más sencillo, llámame al 630 73 96 98, puedes contratar mis servicios como organizadora profesional para que te organice la ropa de casa. En unas horas tendrás un sistema creado, toda tu ropa de cama y casa doblada, en un lugar pensado para que te resulte práctico y fácil de mantener. Te habrás quitado un gran peso de encima 🙂
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