Sabéis que de vez en cuando me gusta dedicar un episodio del podcast a responder las preguntas que me vais enviando a través de redes sociales o de mi correo corporativo [email protected].
Este episodio es uno de ellos. Os cuento los temas de las preguntas que me habéis hecho y que hoy trato de responder para ayudaros en todo lo que yo pueda.
En este episodio hablamos de temas muy variados:
. Cómo eliminar el olor de perros y gatos en la vivienda
. Por qué se desordena continuamente la casa y cómo solucionarlo.
. Cómo limpiar manchas de bolígrafo.
. Cómo controlar el agobio que le entra a muchas personas al enfrentarse al orden y limpieza de su hogar.
. ¿Es mejor limpiar por habitaciones o por actividades de limpieza?
. Organizar tu tiempo si tienes que atender a tu bebé o a un familiar a tu cargo y a la vez teletrabajar.
. Cómo conseguir armonía cuando en la pareja hay uno ordenado y otro desordenado.
Como digo siempre, aunque ahora mismo no te encuentres en ninguna de estas situaciones, no quiere decir que no te vayas a encontrar en un futuro o que alguien de tu entorno lo pueda estar y, quizá, puedas compartirle las soluciones que hoy te aporto.
Si te gustan los contenidos del podcast, te animo a que te suscribas y a que lo compartas en tus grupos de familiares y amigos. Para suscribirte, solo tienes que entrar en ivoox, registrarte (nombre y correo electrónico) y darle al botón naranja de «Suscribirse». También puedes suscribirte en Spotify o en Apple Podcasts.
Si tienes cualquier consulta sobre los temas que trato, escríbeme por redes sociales (estoy como atelierdelorden), por whatsapp al 630 73 96 98 o a mi correo electrónico [email protected].
Gracias por caminar conmigo y que vaya muy bien la semana.
María
TRANSCRIPCIÓN
¿Qué tal? ¿Cómo estás? Bienvenida, bienvenido a «En casa con María».
Sabéis que de vez en cuando me gusta dedicar un episodio del podcast a responder las preguntas que me vais enviando a través de redes sociales o de mi correo corporativo [email protected].
Este episodio es uno de ellos. Os cuento los temas de las preguntas que me habéis hecho y que hoy trato de responder para ayudaros en todo lo que yo pueda.
Vamos a hablar de cómo eliminar el olor de perros y gatos en la vivienda, de por qué se desordena continuamente la casa y cómo solucionarlo, de cómo limpiar manchas de bolígrafo, de cómo controlar el agobio que le entra a muchas personas al enfrentarse al orden y limpieza de su hogar, de si es mejor limpiar por habitaciones o por actividades de limpieza, de cómo organizar tu tiempo si tienes que atender a tu bebé o a un familiar a tu cargo y a la vez teletrabajar y, por último, de cómo conseguir armonía cuando en la pareja hay uno ordenado y otro desordenado.
1 Eliminar olores de perros y gatos en casa
Aspirar regularmente para eliminar pelos y partículas.
Pulverizar los sofás con una mezcla de 2 vasos agua y 2 vinagre de limpieza.
En caso de gatos y roedores como hámsters o cobayas lo mejor es mantener una buena higiene de su arena o del material que le pongas como base, ya sea paja o papel prensado.
También darles de comer alimentos frescos y de calidad ayuda a reducir los malos olores corporales. Y que tengan siempre agua abundante.
El estrés también provoca olores, así que sacarles a pasear y dejarles correr, en el caso
de los perros, tener una jaula amplia en la que el animal se pueda mover y elementos de ejercicio o entretenimiento que le mantengan activo y entretenido ayudarán a alejar el estrés.
2 Por qué se me desordena continuamente la casa. Cómo mantener la casa ordenada
Las casas se desordenan varias veces al día, es así y es inevitable. Porque las habitamos, las vivimos y utilizamos las cosas que hay en ellas.
Pero eso no quiere decir que nos tenga que comer el desorden ni que tengamos que resignarnos a vivir en el caos.
Todo lo contrario. Saber que las casas se desordenan continuamente debería animarnos a tener una buena organización que nos permita recuperar el orden en el menor tiempo posible.
Yo creo que no tenemos que temer al desorden, tenemos que temer a la falta de sistemas de organización que nos permitan volver al orden.
¿Por qué se produce el desorden? Pues casi siempre se produce o porque no tenemos buenos hábitos en el día a día o porque no tenemos tiempo para ejecutarlo o porque tenemos demasiadas cosas. Rara vez el desorden escapa a estas tres razones.
Si quieres que el desorden en tu casa sea algo puntual (por ejemplo, cuando vienen invitados, o cuando estás varios días en cama con gripe o cuando tus hijos juegan y sacan 6 juegos a la vez), y no algo permanente, tienes que seguir estas 3 reglas:
1º Cada cosa tiene que tener asignado su lugar. Todo lo que tengas en casa, desde la aspiradora o el ordenador hasta un tornillo o una pinza para cerrar la bolsa de cacahuetes. Todo.
Porque si no sabes cuál es su sitio, no sabrás dónde dejarlo después de usarlo. Y lo irás dejando en cualquier sitio, en el primer cajón que pilles o encima de una mesa. Y ahí empieza el desorden. Porque si tu pareja, tu madre o tus hijos van viendo cosas fuera de su sitio por toda la casa, se contagiarán y no verán sentido a devolver una cosa a su sitio cuando hay muchas cosas por todas partes.
O, en el mejor d ellos casos, lo guardarás, pero cada vez en un sitio, porque no tiene un sitio fijo asignado. Y, cuando lo necesites de nuevo, tendrás que ir buscando por varios sitios hasta dar con ello.
2ª regla Devuelve cada cosa a su sitio después de usarla. Parece de cajón, ¿verdad? Pues si hay desorden habitualmente en tu casa, te aseguro que tú o las personas que conviven contigo no lo estáis haciendo.
Hazme caso, si devuelves las cosas a su sitio nada más terminar de usarlas, tu desorden estará controlado. Pero da pereza, ¿verdad? Te quitas el bolso y lo cuelgas de una silla, llegas de trabajar, te quitas la americana y la echas encima del sofá, si has tenido que subir del sótano 2 sillas porque tenías invitados a comer, se pueden quedar plegadas en la cocina dos semanas.
Pues vence la pereza porque te aseguro que tardas un minuto en devolver una cosa a su sitio y eso te ahorrará luego horas de tu tiempo si tienes que ordenar un montón de cosas acumuladas fuera de su sitio.
Si te identificas con la pregunta de esta usuaria de por qué se le desordena siempre la casa o con los casos que te estoy contando, te reto a que esta semana te enfoques en ese pequeño gesto de devolver cada cosa a su sitio. Estate muy centrada o centrado cada vez que hagas algo en casa, en devolver cada objeto, cada utensilio, cada electrodoméstico, cada prenda de ropa a su lugar nada más terminar de usarla. Y luego haces balance y observas si no se ha reducido o eliminado el desorden en tu hogar. O en tu lugar de trabajo, que también nos vale porque eso de ir poniendo un papel encima de otro sobre la mesa hasta que la montaña se caiga o ir dejando cualquier boli, lápiz o palito para remover el café en el bote de tu mesa hasta que acabe volcando por su propio peso, no genera una buena imagen profesional de ti y además te complica el día a día. Así que anímate con este pequeño reto que te lanzo.
Y si te consideras una persona ordenada, te animo también esta semana a que te examines, que te pongas a prueba en tus pequeños gestos de cada día porque igual también en algunas cosas estás cayendo en dejar para más tarde el devolver las cosas a su sitio.
3 Las manchas de bolígrafo
Lo primero, trata la mancha lo antes posible. Cuanto más fresca esté, más fácil será quitarla. Así que nada de: ya la quitaré esta noche cuando llegue a casa.
Las manchas de bolígrafo se eliminan bien con alcohol, aplicándolo mediante un bastoncito justo en la zona, y se van inmediatamente. También se puede hacer con leche tibia, sumergiendo la zona de la mancha y dejándola actuar unas horas. Tras ese tiempo, lava la prenda y la mancha habrá desaparecido.
También puedes probar con laca para el pelo. Rocía la mancha, deja actuar y luego pasa un paño limpio y seco.
Después de desmanchar la prenda, sea con el producto que sea, lávala normalmente en la lavadora.
4 Sufro de ansiedad, cada vez que pienso en limpiar o he empezado a limpiar, me da ansiedad porque hay muchas cosas que ordenar y limpiar. No sé cómo marcar objetivos para no autosabotearme.
Te diré que lo que a ti te pasa es algo muy generalizado. De hecho, a menudo cuando, como organizadora profesional, voy a una casa a ordenarla, la persona que me ha contratado suele decirme algo como lo que tú me has comentado: es que empiezo a ordenar pero me agobio de ver todo lo que hay que hacer, me bloqueo y lo dejo.
¿Sabes por qué pasa esto? Nuestro cerebro tiene un límite en la cantidad de información que puede procesar de manera efectiva en un momento dado. Cuando enfrentamos un desorden masivo, una tarea de gran magnitud, nuestra atención se divide entre muchas áreas, lo que puede llevar a la sobrecarga cognitiva. Esto dificulta nuestra capacidad para priorizar y tomar decisiones y al bloqueo.
Hay otras muchas razones detrás que pueden estar contribuyendo a esta reacción, pero ahí nos adentramos en el ámbito de la psicología que no es el mío.
Pero sí es mi campo el del orden y la organización así que te voy a decir cómo puedes enfrentar esa ansiedad, algunas pautas que te van a ayudar a salir de ella.
Lo primero, necesitas estructura porque las tareas grandes en general nos parecen desestructuradas, nos abemos por dónde cogerlas ya sí es imposible. Si estás bombardeando a tu cerebro y a tu sistema sistema nervioso con multitud de mensajes como “tengo que tender la ropa, tengo que barrer que hay pelusas por toda la casa, tengo que fregar los baños que no los he tocado en dos semanas, tengo que planchar, tengo que guardar la compra, tengo que hacer el cambio de armario mío y de los niños, tengo que hacer la comida”, normal que se bloqueen, ¿no?
Hacer una estructura implica 3 cosas:
1 Baja el listón, eso para empezar. Si limpiar y ordenar te está agobiando tanto, de momento hay que bajar la exigencia o las expectativas al mínimo porque el estrés nos hace mucho daño. Cuando vayas teniendo el control de la situación, podrás poco a poco aumentar la exigencia. De momento, ve a unos mínimos. Reflexiona y decide cuáles son tus mínimos por el momento. A lo mejor hoy por hoy tus mínimos sean dejar recogida la cocina después de cada comida, hacer las camas todos los días y limpiar el baño una vez a la semana. Y lo demás, lo vas avanzando cuando puedas. Pero centras tu esfuerzo en los mínimos que has escogido. Sin dejarte masacrar por mensajes de autocrítica del tipo “sí, pero mira el salón, no está limpio, o se me está acumulando la plancha”.
2 Asigna un tiempo concreto para las tareas que vas a hacer, en materia de limpieza y orden. Porque si las dejas revoloteando por tu cabeza, van a estar agobiándote a todas horas y eso es muy desgastante. Tómate el tiempo de anotar cuándo vas a hacer cada una. Por ejemplo, las camas las tengo que dejar hechas antes de irme a trabajar. La cocina la voy a recoger nada más terminar de comer, aunque me de pereza, y los baños los voy a hacer todos los sábados por la mañana. Estoy poniendo un ejemplo sencillo para que lo tengamos claro. Luego cada uno tendrá que aplicarlo a su caso concreto.
3 Sé amable contigo misma o contigo mismo. No te castigues por lo que no llegas a hacer. Valórate lo que sí haces, por pequeño que sea. Si consigues ser un poco más amable contigo, y consigues hacer esos mínimos, te vas a sentir bien. Y tienes que valorártelo y reconocer el avance. Aunque tu casa no esté perfecta ni como a ti te gustaría.
Esto es muy importante porque los mensajes que lanzamos a nuestro cerebro si son positivos desbloquean todas nuestras capacidades, si son negativos las limitan.
El cerebro tiene la capacidad de cambiar y adaptarse, un fenómeno conocido como neuroplasticidad. Los pensamientos y emociones positivas han demostrado tener un impacto positivo en la plasticidad cerebral, facilitan la formación de nuevas conexiones neuronales y promoviendo el aprendizaje, la memoria y la motivación.
Además, los pensamientos positivos y de autovaloración están asociados con la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, que están relacionados con el estado de ánimo, la motivación y el bienestar emocional.
Así que no te fijes en todo lo que está mal en tu casa, fíjate en lo poco o mucho que has logrado limpiar u ordenar en este momento. Y, aunque te suene friki, reconócetelo, puedes decirte frases como “soy una crack, he planchado toda la ropa del cesto” o “soy un fiera, me he limpiado el baño en 15 minutos”. Y te pegas unos bailes, ¿por qué no?
Además de establecer una estructura de las tareas de orden y limpieza que quieres realizar y cuándo las vas a realizar de forma periódica, te recomiendo ponerte tiempos cerrados para hacer cada cosa.
Establece un temporizador durante 5-10 minutos y concéntrate en limpiar o ordenar lo máximo posible durante ese tiempo. Saber que hay un límite de tiempo puede reducir la ansiedad.
Además, las tareas se extienden ocupando todo el tiempo disponible para hacerlas. Así que si dices: voy a ordenar mi armario, así, sin tiempo concreto, dedicarás toda la mañana y quizá incluso abandones la tarea porque ves todo el tiempo que te está ocupando. En cambio, si dices, tengo 2 horas para ordenar el armario porque tengo que recoger a mi pareja que llega en tren, y te pones a tope en esas dos horas porque sabes que sí o sí solo dispones de ese tiempo, te aseguro que trabajarás en un estado de concentración que te hará ser mucho más ejecutiva/ejecutivo y en ese tiempo habrás terminado. Y así para todas las tareas, aunque sean tareas de diez o quince minutos. Esto es una práctica muy efectiva. Pruébalo y me cuentas.
5 Qué es mejor, limpiar habitación por habitación o ir por actividades, es decir, limpiar todos los suelos, el polvo, etc.
Pues esto es muy personal y aquí cada uno tiene que probar y ver qué le encaja mejor. Hay quien se aburre de hacer una misma actividad, como barrer, por ejemplo, y prefiere ir por habitaciones y dejar cada habitación terminada. Y hay quien, una vez que coge la escobe prefiere optimizar el tiempo e ir pasando por todas las habitaciones barriendo.
Yo te voy a contar las ventajas de cada uno de estos dos métodos, y tú, que te conoces y conoces tu estilo de vida, vas a pensar cuál encaja más contigo.
Limpiar habitación por habitación suele gustarle a las personas metódicas y estructuradas porque da más sensación de control saber que esa habitación ya al tienes terminada. También nos proporciona un extra de motivación porque ves resultados concretos, ves una habitación ya terminada y eso te motiva a seguir.
Si tienes muchas pertenencias, este puede ser mejor sistema, ya que solo tienes que organizar las cosas de una habitación, devolver cada cosa a su sitio y decidir con qué te quedas y que desechas. Tendrás la percepción de que es una tarea más asumible y que tiene principio y fin.
La desventaja de limpiar y ordenar habitación por habitación es que nos da la sensación de estar invirtiendo más tiempo y esto nos puede generar un cierto aburrimiento o agotamiento.
El otro sistema es limpiar por actividades, es decir: barrer, fregar, planchar, ordenar. La principal ventaja de esta forma de hacerlo es que aprovechas mejor el tiempo, la tarea es más rápida y fluye mejor o, al menos, tendrás esa sensación, porque una vez que empezamos cogemos velocidad haciendo lo que sea, y no tenemos que ir cambiando de actividad ni de productos o utensilios de limpieza.
La desventaja es que tendrás que estar muy organizado para no despistarte y saber lo que has hecho y lo que no, y te faltará ese extra de motivación de ver una habitación terminada.
Espero haberte ayudado a decidir qué sistema es mejor para ti.
La semana pasada recibí dos consultas que, aunque eran diferentes, me apreció que se podían tratar de igual manera, cada una con sus salvedades. Una chica que acababa de ser madre y teletrabajaba en casa, me preguntaba cómo organizarse porque estaba agotada, no llegaba a todo y tenía la sensación de estar haciendo todo a medias, nada bien. Y una mujer de cerca de 60 años me contaba que llevaba desde casa la contabilidad y la atención al cliente del negocio familiar y, desde hacía un mes, se había traído a su madre enferma a casa porque necesitaba atención continua y no sabía cómo organizarse.
Para los 2 casos, que evidentemente son distintos, veo una misma forma de organizarse. Repartiendo el tiempo entre esas dos tareas: el trabajo y el cuidado de un familiar, de forma exacta y concreta. Me explico. La desorganización en estos casos llega porque nos levantamos, hemos dormido poco porque estamos dando de mamar y no tenemos la claridad mental suficiente para organizarnos. Y vamos haciendo lo que podemos, dormitando un rato en el sofá, sentándonos media al ordenador para responder unos correos, de repente vemos todos los pañales desordenados y nos ponemos a buscar una caja donde meterlos, de repente nos acordamos que no hemos enviado a la community manager la publicación para redes sociales.
Decía que la solución pasa por repartir tiempos de antemano y cumplir ese reparto.
Sé que son momentos vitales en los que no se pueden acotar con exactitud las cosas. Pero siempre puede haber algo de estructura y eso nos va a dar mucha tranquilidad.
Se trata de hacer durante unos días un trabajo de observación y detectar las rutinas que se suelen repetir todos los días o los huecos de oportunidad que se abren para hacer determinadas cosas. Y, en base a eso, crear una estructura simple.
Por ejemplo, si tengo un familiar mayor a mi cargo, puedo observar a qué hora se suele despertar y requerirme para darle el desayuno o su medicación. Si se levanta por ejemplo a als 9 de la mañana, puedo establecer la rutina de levantarme yo a las siete de la mañana y dedicar de siete a nueve a sacar adelante el trabajo prioritario de ese día. De 9 a 11 sé que voy a estar dedicada o dedicado a mi familiar, con su alimentación, su aseo, etc. Quizá después el anciano o anciana dedican unas horas a escuchar la radio o ver televisión, ese es el hueco que aprovecharé para ir preparando la comida y adelantando trabajo. La tarde quizá sea algo ma´s caótica, con visitas o recados que hacer, y no sea fácil establecer una estructura fija. Pero si al menos en la mañana tengo dos o tres pautas fijas que puedo seguir, la sensación de control y de tranquilidad será mucho mayor.
Y una segunda clave: cuando estés haciendo uno de los dos trabajos, ya sea el laboral o el de cuidador, hazlos con todos tus sentidos, con tu cabeza y tu corazón puestos en ello. Olvidándote por completo del otro trabajo. Porque si no, no harás ninguno bien y tendrás la sensación que me comentaba esta chica que me escribía, la sensación de estar haciéndolo todo a medias y nada bien.
Así que cuando estés dando de desayunar a tu madre, no estés pensando en el correo que tienes que enviar a tu compañero de trabajo, dedícale a tu madre ese tiempo al 100%, habla con ella, escucha lo que quiere comentarte o piensa cómo mejorar su bienestar. Y lo mismo cuando estés sentada delante del ordenador trabajando, no te pongas a pensar si tu madre querrá un vaso de agua o si se te ha olvidado decirle que ha llegado la fecha para su cita médica. De eso te ocuparás en el tiempo de cuidado de tu madre. Ahora toda tu atención debe estar puesta en tu trabajo. Si no sigues a rajatabla esa separación de tiempos seguirás sumida en esa sensación de ir actuando a impulsos, que, además de generar mucha desorganización, es agotadora mental y físicamente.
7 Un seguidor me decía: Mi mujer me persigue todo el día diciendo que dejo todo tirado, todas las puertas de los armarios abiertas y todos los botes destapados, dice que no puede más de ir detrás de mí, pero realmente yo no me doy cuenta de que deje las cosas así y sinceramente no me molesta ver las cosas fuera de su sitio. No sé si hay alguna recomendación para mejorar esta situación.
Bueno, la hay, claro que hay recomendaciones y te voy a dejar alguna. Pero de entrada decirte que tu situación es algo muy común, es más, te diría que es muy muy raro que se forme una pareja con dos personas ultraordenadas o dos personas absolutamente caóticas. Las hay, no digo que no, pero es mucho más habitual el caso que tú planteas y seguro que más de una o un oyente de este podcast se habrá sentido identificado.
Es una situación muy frustrante para las dos partes, para el ordenado y para el desordenado, porque cada uno somos como somos, fruto de nuestros genes, la educación que hemos recibido, nuestro carácter o la vida que hemos llevado. Y no es fácil cambiar.
Pero la buena noticia es que podemos tender puentes que nos unan para salvar todo lo que nos desune.
El primer puente es la empatía. Ponte en el lugar de la persona con la que convives, pero de verdad, cierra los ojos y métete en un juego de rol, ponte en su piel, en su día a día e intenta ver tu comportamiento desde su mirada, desde su rutina diaria. E intenta hacer el proceso de reflexión de que aunque a ti no te moleste ver las cosas fuera de su sitio, comprende que para tu esposa puede ser estresante y agotador. Solo para entender cómo se siente. Y si eres la persona ordenada, lo mismo. Ponte en la piel de tu pareja e intenta comprender cómo lo vive él, o ella.
Quizá solo eso te haga cambiar la perspectiva o encontrar áreas de mejora.
Te dejo otra recomendación: Establece hábitos y rutinas que te ayuden a recordar cerrar puertas y tapar botes. Por ejemplo, podrías hacerlo parte de tu rutina diaria antes de salir de una habitación, obligarte a mirar antes de salir qué has dejado abierto o fuera de sus sitio. Solo te llevará un minuto darte cuenta y corregirlo.
Y una última idea, tratad de encontrar un nivel de tolerancia al desorden o a las exigencias de orden aceptable para los dos. Uno puede ceder en una cosa y otro en otra para encontrar una zona común donde los dos podáis convivir en armonía. No será perfecto y habrá roces cuando uno esté más cansado o el otro se salte ese límite que habéis establecido, pero por el camino os evitaréis mucho estrés y discusiones que deterioren la relación. Y seguramente todo será más llevadero.