El final del curso escolar puede ser un momento de alegría para los niños y adolescentes, pero también puede generar tensiones en el hogar debido al cambio de rutina.
Pasar de un horario estructurado a uno más relajado puede provocar conflictos entre padres e hijos o incluso entre hermanos. Es importante abordar este período con estrategias efectivas para mantener la paz y fomentar un ambiente de armonía en casa. Porque, al fin y al cabo, ellos han estado muy encorsetados todo el curso, con exigencias académicas, de notas, de actividades extraescolares. Y verano para ellos es sinónimo de ‘ahora sí voy a hacer lo que yo quiera’. Como decía Hombres G en una de sus canciones voy a pasármelo bien.
Es lo suyo, que para eso han trabajado duro todo el año, cada uno a su nivel. Pero también es lo nuestro, de los padres y madres, que nuestra rutina laboral sigue. Las obligaciones en el trabajo y en casa no solo se mantienen, sino que a veces se multiplican, con los niños en casa, los preparativos de las vacaciones, el cierre de proyectos de trabajo antes de irnos. Y a veces estas dos necesidades no casan. Y ahí es donde vienen los roces.
Hay madres y padres que ya están temiendo esa inercia que se instala en muchos hogares en verano, de niños abducidos literalmente durante horas por los aparatos electrónicos, ya sea por la consola de videojuegos, el móvil, la tele o la tableta. Y es que es difícil ofrecerles una alternativa que les haga despegar los ojos de esos dispositivos plagados de estímulos y adictivos.
Desde un punto de vista educacional, es crucial mantener una rutina y proporcionar actividades que estimulen el aprendizaje continuo. Los niños, pero también los adolescentes, necesitan estructura para sentirse seguros y motivados. Los especialistas en educación sugieren que un equilibrio entre tiempo libre y actividades estructuradas puede ayudar a hacer crecer a nuestros hijos como personas y, de paso, evitar situaciones conflictivas en casa.
En este episodio del podcast te dejo 10 ámbitos en los que puedes buscar el encuentro con tus hijas e hijos, o con los niños y jóvenes que tengas cerca.