Las cestas han llegado para quedarse

Las cestas han llegado para quedarse

Las cestas, canastas o cestos se han convertido en elementos muy demandados para la decoración y el orden en el hogar. Son de esas tendencias que llegan y enamoran. Y que sobreviven al paso del tiempo porque se van reinventando, van encontrando su sitio en todo tipo de espacios y para todo tipo de usos.

Casi me atrevería a decir que en cada casa hay, como poco, una cesta o un cesto; para leña, para revistas, para toallas de tocador, para botes, para almacenaje en despensa, para ropa sucia, para juguetes, para ir a la playa, como decoración en el recibidor, como bolso.

¿Cuál es la diferencia entra cesta, cesto o canasta? Explicaciones las hay para todos los gustos: que si las cestas tienen asas, que si los cestos son más grandes que las cestas, que si las canastas son menos hondas y con un asa más larga. Para terminar de complicarlo, en las distintas zonas de España hay costumbre de llamarlas de distinta manera: capacho, banasta, espuerta, cuévano.

La Real Academia de la Lengua nos dice que cesta es un “recipiente tejido con mimbres, juntos, cañas, varillas de sauce u otra madera flexible que sirve para recoger o llevar ropas, frutas y otros objetos” y cesto es “una cesta grande y más alta que ancha, formada a veces con mimbres, tiras de caña o varas de sauce sin pulir”. No nos ayuda mucho en este caso la RAE 🙂

Cestas con revistas

¿Por qué triunfan en todas las casas  estos bonachones de mimbre generalmente panzudos?

De entrada, están hechos de materiales naturales de plantas: juncos, mimbres o esparto. Y hoy ya sabemos que los materiales naturales han encontrado por fin su valor una vez que hemos entendido que el cuidado del planeta depende de nosotros.

Además, estos materiales aportan a la decoración del hogar frescura, calidez y un cierto regusto a tiempos pasados donde las cosas se hacían de forma más artesana y la gente no iba desquiciada corriendo de un lado a otro. Nos evocan sensaciones de calma, de tradiciones y de ambiente rural.

Cestas decorativas en la pared

Tienen, además, otras muchas cualidades: son flexibles, ligeros y no tienen un coste elevado. Son muy versátiles, ya que podemos encontrarlos en todo tipo de formas y tamaños, lo que hace que se adapten bien a las múltiples necesidades que se presentan en las distintas estancias del hogar: cocina, baño, recibidor, salón o cuarto de niños. O, simplemente, como elemento decorativo.

Crean ambientes

Una de las cualidades que personalmente más valoro de las cestas es que tienen la capacidad de crear distintos ambientes. Puede ser un ambiente rural:

Cestas lámpara

Un ambiente moderno:

Cestas decorando un salón moderno

Ambientes acogedores:

Cestas con toallas para baño

Ambiente boho, chic, romántico, minimalista, clásico, juvenil…podríamos seguir hasta agotar todos los adjetivos porque ellas (o ellos) se adaptan a lo que les echen. Por eso, seguiremos contando con las queridas cestas para dar forma a todas nuestras ideas de decoración y necesidades en el hogar. Han demostrado que aguantan bien el paso del tiempo. Llevan con nosotros desde el Neolítico y tienen todavía un futuro prometedor por delante.

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