En las escuelas de Japón este método se utiliza para desarrollar hábitos en los alumnos, ayudándoles mediante pequeños pasos a ser más limpios, ordenados y productivos. Es el objetivo que todos perseguimos en nuestros hogares y de ahí nace mi propio método, el Método CALMA.
Clasificar
Es un inicio que agobia a muchos clientes si se plantea como un todo. Por eso vamos paso a paso. Sacar los objetos. Decidir si queremos donar o almacenar algunos. Los que se quedan, los clasificamos por temáticas y frecuencia de uso para contribuir a tu calma personal.
Asignar
Asignar el lugar adecuado para cada cosa en función de tus necesidades, estilo de vida y espacio disponible. Esto facilita que, una vez utilizado, cada objeto vuelva a su sitio con el menor esfuerzo posible. Te sorprenderá la cantidad de tiempo que ahorras y que puedes dedicar a otras cosas.
Limpiar
No se puede crear un orden sobre algo sucio. Antes de guardar las cosas ordenadas, hay que limpiar el espacio donde van a ir: armarios, alacenas; y los recursos de orden que vayamos a utilizar: cajas, cestas. Limpiar en sentido literal, y también metafórico, limpiar nuestros espacios de aquello que les sobra, aprender a gestionar la acumulación de objetos y el desapego.
Mantener
Una vez todo está en orden, el trabajo no ha terminado. Hay que establecer procesos para que el orden creado se mantenga en el tiempo. Te ayudamos a crear esas rutinas y, si quieres, a involucrar al resto de miembros del hogar para aumentar la armonía familiar.
Alimentar
La constancia y la generación de hábitos es la clave para que el orden conseguido se mantenga. Te daremos pautas para alimentar el hábito del orden, normas sencillas que harás tuyas a base de repetirlas en tu día a día. Y estaremos ahí para cualquier duda que te surja una vez terminado el trabajo.
