¿Qué hacer con las muestras gratuitas de productos en casa?

Una muestra de maquillaje que regalan en la perfumería, una de colonia que viene en la revista, la toallita húmeda que te dan en un restaurante o la muestra de una nueva botella de agua mineral que reparten en la puerta del Metro.

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Todas ellas corren el riesgo de quedarse en el fondo de un bolso durante meses, en una caja durante años o pululando por la cocina de un armario a otro durante semanas.

Para que esto no pase, te dejo algunas ideas:

1 Coge solo las muestras que sepas con certeza que quieres probar y que vas a hacerlo

La palabra ‘gratis’ despierta en nosotros un resorte psicológico de deseo y ambición. Da igual que no lo necesitemos ni nos interese probarlo; si es gratis, lo cogemos, que ya veremos luego a quién se lo regalamos. Siendo gratis, cueste lo que cueste.

Coger todo lo que te regalan incrementa la acumulación de cosas que tienes, te angustia porque ves que caduca y no lo has probado, o se une a la interminable lista de tareas mentales que ya de por sí tienes; o bien en la categoría de ‘usar cuando pueda’ o de ‘regalárselo a mi hermana’.

En el mejor de los casos, te acuerdas de llevárselo a esa persona a la que crees que le puede interesar y le traspasas a ella el problema.

2 Una vez que la muestra ha entrado en casa, tienes que asignarle un lugar inmediatamente.

El sitio adecuado lo marcará la categoría a la que pertenezca. Muestra de maquillaje, a la caja de donde guardas el maquillaje. De colonia, donde tengas los botes de colonia. De un producto alimenticio, a la nevera o a la zona de despensa donde guardes ese tipo de producto (cereales, comida de bebé o galletas de desayuno).

Es muy desaconsejable guardarlas todas en una ‘zona de muestras’, una bolsa o caja donde guardes muestras de maquillaje, de colonia, toallitas húmedas, sobres de café o de azúcar.

Es difícil que te acuerdes de la variedad de cosas que acumulas ahí y es probable que acabes tirándolas un año después porque se han quedado secas, apelmazadas o caducadas.

3 Revisa una vez al año las muestras que tienes

Y ya me parece un plazo bastante generoso. Una buena idea es escribir con rotulador en la muestra la fecha en la que te la dieron.

Yo te diría que, si después de 3 meses no la has utilizado, es difícil que la vayas a usar.

Pero desde luego, si en un año no lo has hecho, es muy poco probable que lo hagas. Si en un año no has tenido necesidad de usarlo es que es un producto que no va mucho contigo o no encaja en tu estilo de vida. Puedes prescindir de él.

Además, seguramente el producto ya no conserve su frescura inicial ni sus propiedades originales, así que es momento de decirle adiós.

Los regalos y muestras gratuitas son una estrategia de promoción de las marcas que se conoce como ‘Samplin’ (sí, otra vez un vocablo inglés; debe ser que muestreo o cata quedan más de andar por casa).

No se trata de boicotear el trabajo de los expertos en marketing, sino de utilizarlo de una forma consciente, es decir, solo cuando lo necesitemos o realmente vayamos a utilizarlo. Si no, mejor dar a otra persona la oportunidad de probarlo si de verdad le interesa.

Será lo mejor que podemos hacer por esas marcas y, sobre todo, por nosotros. Porque las empresas gastan cantidades de dinero impresionantes en promoción y todos estos pequeños envasados, etiquetados, etc. que realmente contienen una mínima parte de producto producen un impacto muy nocivo al medio ambiente; aunque cada vez afortunadamente las marcas son más respetuosas con la sostenibilidad del planeta y se esfuerzan por reducir el impacto del empaquetado (que sí, que cautiva más decir ‘packaging’, pero tenemos una lengua preciosa como para no usarla ).

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