Cristina es una madre soltera con dos hijas que necesitaba reorganizar su vestidor. El trabajo le ocupaba la mayor parte del día y llegaba a casa con las energías justas para ocuparse de las chicas.
La falta de tiempo había hecho que se acumulasen las prendas sin una pauta de organización en sus 4 armarios. En un fin de semana intensivo le dimos un vuelco. No tenía idea de deshacerse de nada pero al ir clasificando, se involucró y llenamos hasta cuatro bolsas de ropa para donar.
“Es un orden muy fácil de mantener, todo tiene un sitio asignado y está a mano cuando lo necesitas. En el día a día te das cuenta de que es muy práctico y te libera tiempo, que al final es lo que todos queremos”.