10 formas en que el desorden te hace daño

Muchas veces achacamos a la vida laboral y familiar el estrés o los desequilibrios emocionales que sufrimos, sin pararnos a pensar que el desorden en nuestro hogar o la falta de organización en nuestra vida son grandes impulsores de esos sentimientos negativos.

Estas son algunas de las formas en que el desorden impacta negativamente en nuestra vida:

1.- Genera estrés

Está comprobado neurológicamente que el desorden genera altos niveles de estrés en las personas. La revista Journal of Personality and Social Psychology en 2010, ya advertía que los miembros de una familia que consideran que su hogar está atestado de objetos innecesarios o que necesita más limpieza tienen más propensión a presentar niveles elevados de cortisol a lo largo del día. El orden es un factor que nos protege del estrés.

2.- Provoca sentimiento de culpa

Vivir en una casa desordenada hace sentir mal a la mayoría de la gente. Pero el no encontrar fuerzas para ordenarla trae consigo doble carga de culpabilidad, al ver que no se tiene control sobre uno mismo. 

Si además se tienen hijos, el sentimiento de culpa aumenta por el ejemplo que se les está dando. Si se cuenta con ayuda doméstica y aún así el caos sigue imperando, la culpabilidad crece aún más.

3.- Merma la autoestima

Vivir de forma continuada una vida desordenada termina haciendo daño a nuestra autoestima porque vemos que no somos capaces de frenar el caos que nos va invadiendo, dejándonos una imagen pobre de nosotros mismos. 

A veces, a esto se une algún comentario de otras personas que juzga el estado de nuestra casa o nuestra forma desorganizada de vivir. Nos sentimos débiles, desorganizados e incapaces de ponerle coto.

4.- Nos hace ser menos productivos

La falta de orden nos hace no encontrar las cosas en nuestra propia casa, no tenemos el control de nuestras pertenencias y tardamos más en hacer cualquier cosa, la hacemos de forma desorganizada, sin sistema. 

Además, nuestra cabeza está ocupada por mil cosas que deberíamos hacer y eso nos bloquea, a la vez que nuestro ánimo se queda por los suelos, lo que nos lleva de nuevo a la inacción.

5.- Reduce la vida social

Las personas que viven de forma constante en el caos, no quieren que nadie vea el desorden en el que viven y dejan de invitar a familiares y amigos a su hogar. 

Cuando van invitados a otras casas que están ordenadas, sufren por la comparación y, en muchas ocasiones, acaban declinando esas invitaciones para no evidenciarse a sí mismos el estado de su hogar.

6.- Perjudica a nuestra economía

Nos hace gastar más, ya que no sabemos dónde tenemos las cosas ni controlamos qué tenemos, por lo que es probable que volvamos a comprar algo que necesitamos y está ‘perdido’ en algún lugar de la casa. 

Por otra parte, una casa desorganizada lleva a abusar de comida a domicilio, si no se lleva un sistema de compra y cocina. Además, la sensación de tristeza que provoca el desorden continuo lleva a algunas personas a querer compensarlo mediante compras que satisfacen y calman el dolor momentáneamente.

7.- Aumenta el cansancio

El desorden agota nuestra energía porque vamos de aquí para allá sin encontrar las cosas, convierte nuestra casa en un lugar incómodo y una fuente de agobio, en lugar de ser nuestro lugar de descanso, y esto genera una enorme fatigue y desgana.

8.- Es un gran ladrón de tiempo

Te hace perder mucho tiempo buscando las cosas que necesitas para tu día a día, tanto en casa como en tu lugar de trabajo. Los documentos que no están archivados, no existen porque nunca dispondrás del tiempo necesario para rebuscar en los distintos montones que llenan tu mesa de trabajo.

9.- Perjudica a nuestra salud

Una casa desordenada es más difícil de limpiar, se acumula el polvo entre las cosas y se genera un ambiente más insalubre, en el que el aire que se respira está cargado de ácaros y es más proclive a la aparición de gérmenes. 

A través del estrés que genera, puede influir en la aparición de contracturas musculares, problemas gastrointestinales, cardiacos e incluso sexuales. Además, psicólogos como Tasio Rivallo estudiaron los problemas que el desorden puede causar en la salud mental, como ansiedad, trastornos del sueño o reducción de la concentración.

10.- Es fuente de problemas familiares

Hay numerosas encuestas que muestran cómo el desorden en el hogar es una de las principales fuentes de disputas entre las parejas, así como entre padres e hijos. Cuando se establecen sistemas de orden y todos los miembros las incorporan, la armonía familiar renace.

Con esta recopilación no pretendo deprimir a nadie, sino solo tomar conciencia de que el desorden es un problema que afecta (y mucho) a nuestra vida. 

La buena noticia es que cualquiera que se lo proponga puede dejarlo atrás. Para tener orden solo hacen falta dos cosas: voluntad y constancia. 

Desde estas páginas me comprometo a ayudar a todo el que quiera lograrlo. Si emprendéis el camino, no viajaréis solos 😉

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