Hoy vamos a hablar de uno de los elementos imprescindibles en cualquier hogar. Diría que El Imprescindible, con mayúsculas, junto con la cama y el inodoro.
Pues sí, hoy vamos a hablar del frigorífico, la nevera. Ese electrodoméstico cuya invención nos puso las cosas mucho más fáciles a nivel doméstico, y a otros niveles también. Nos permitió que dejásemos de hablar de “la fresquera”, ese lugar donde abuelas y bisabuelas conservaban la comida almacenada.
¿Os habéis parado a pensar cómo se conservaban los alimentos antes de la llegada del frigorífico?
Pues antes de la refrigeración doméstica, el ingenio humano se las arregló para encontrar técnicas de lo más variadas para conservar o enfriar los alimentos. En la Edad Media, sin siquiera electricidad, era todo un reto. Y aún así descubrieron distintas formas de conservación; desde cubrir con sal la carne, cubrirla con miel (ya que tiene propiedades antimicrobianas), ahumar la carne y el pescado para evitar la aparición de bacterias, secar las frutas al aire y al sol para extraer la humedad y evitar la aparición de bacterias. También se utilizaba el almacenamiento de alimentos en lugares fríos, como sótanos y cuevas.
Es un privilegio, desde luego, contar con un electrodoméstico como el refrigerador. Por eso hoy queríamos hablar de este compañero inseparable en nuestro día a día, de cómo ha avanzado la tecnología, cómo han evolucionado los elementos de almacenamiento y las zonas de refrigeración de las neveras por parte de los fabricantes o cuál es la mejor forma de almacenar y distribuir los alimentos en el frigorífico.
Para hablar de todo ello, hoy me acompaña aquí, ‘En casa con María’, un invitado que nos va a ayudar a conocer y a utilizar mejor nuestro frigorífico en el día a día.
Vamos a charlar con José Manuel Sanz, Product Launch Manager de Bosch Electrodomesticos.